Castillo de Buñol, vista parcial: Pintura al óleo sobre lienzo de 39 x 46.
Este colorido y llamativo cuadro, representa una zona muy significativa de nuestro Castillo, dado que se observan en él tres elementos importantes de resaltar.
Primero: El arco apuntado central da acceso, según se viene por el puente, al interior de la Plaza de Armas, y con la trasera de la misma, a la torre Norte y Este.
Segundo: Dicho arco, abre sus puertas dando paso al puente sobre Borrunes pasando por debajo de la Torre del Homenaje, en forma de pequeño túnel, y que da acceso a la zona noble, Casa Señorial; a la derecha del mismo se encuentra la Sala del Oscurico.
Tercero y último: La Torre del Homenaje que sobresale por encima de la muralla, majestuosa y desafiante, es el elemnto de mayor altura del castillo.
Desde este emblemático lugar, y asomándose por la barandilla del mencionado puente, se puede contemplar casi toda la parte baja del pueblo que se agrupa a los pies del resto de la fortaleza.
Esta gentil señora acompañada de sus dos nietas, cuya foto exhibo con orgullo en esta nueva entrada de mi blog, era mi querida abuela materna, María Carrión (1872-1957), emprendedora, de carácter fuerte y al mismo tiempo, sensible y delicada.
Fue una mujer extraordinaria, luchadora nata, potente, generosa y un sinfín de cualidades dignas de resaltar y desarrolladas en el Buñol de aquellos años, cuando se carecía de casi todo, pero que ella, con su singular destreza y habilidad, supo sobrevivir con dignidad y sacar adelante a sus tres hijos.
Me resulta muy difícil hablar de mi abuela María, apodada la "Sarriera, sin que afloren mis particulares sentimientos de amor y admiración profundas hacia el recuerdo de su grata persona y ser objetiva al mismo tiempo. Por lo cual, dejaré que lo haga la expresión de mi alma en la siguiente poesía, dedicada a su particular herramienta de trabajo, sus manos, tan especiales como toda ella.
TUS MANOS
¿Qué tenían tus manos abuela
Que estaba enamorada de ellas?
Eran para mi especiales
Candorosas, magistrales.
Tus manos, abuela...
Tejían como nadie la pleita
Con admirable destreza
Dejándome boquiabierta.
Capazos, sarrias, esteras
Eran tu pan de cada día
Para dar de comer
A los tres hijos que tenías.
Tus manos, abuela...
Llenaban el serón de carbón
Que con un burrico vendías
Recorriendo las calles de Buñol.
Abuela María, Maria la "Sarriera"
Que grande era tu valía
Nunca te vi cansada ni vencida
Todo en ti era armonía.
Alegría y optimismo
Tu persona transmitía
Ejemplo de superación
Y de un noble corazón.
En el portal de tu casa
Desarrollabas el oficio
Y con habilidad asombrosa
Terminabas a veces la tarea
Quedando encerrada en ella.
Ruiseñor de los albores
Entre el pueblo y la "Torreta"
Con tus manos en oro esculpidas
Libraste la batalla de la vida
Constante, permanente y altruista.
Cuantas veces me he preguntado
¿Cómo tus manos, abuela
De trazo fino y armonioso
Realizaban tan dura tarea?
Ágiles y poderosas
Gaviotas blancas volando
En el bello marco dorado
Del Buñol de aquellos años
Así, mi abuela querida
Eran para mi tus manos.
Fina
Muy hermoso el cuadro de nuestro castillo y un placer conocer a una entrañable mujer como fue tu abuela no sólo a través de tus palabras, sino a través de tu foto y, en especial, a través de una poesía que desprende todo el cariño y admiración que sentías por ella.
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