Buñol, vista parcial y al fondo su Castillo y el Auditorio Musical: Pintura al óleo de 48 x 39.
Este cuadro de Buñol es uno de mis preferidos por razones obvias, el amor y la deboción a mi pueblo. Parte de su lograda composición, define en un reducido espacio el centro de la población cosida literalmente a su castillo. Sobresaliendo por encima y a la izquierda, una de sus torres, la principal, Torre del Homenaje con el puente de acceso a la misma y a la Plaza de Armas. A la derecha sobresale el Auditorio Musical, ubicado en el parque de San Luis con sus árboles centenarios.
Fue una obra muy costosa de realizar y requiere precisión máxima y buena vista, algo de lo que no puedo presumir, para plasmar el grupo de casas, cada una en su lugar y armonizadas entre si. Sobre todo, la Torre de la Iglesia de san Pedro con todos sus detalles, me invirtío mucho tiempo. También, el hecho de las dimensiones del lienzo, implica más trabajo y agudeza visual, pues, a menor tamaño mas dificultad en sus mínimos detalles.
Maternidad: Pintura al óleo sobre linenzo de 48 x 39.
Esta escena maternal situada en pleno campo, sobrepasa con creces la dificultad de la anterior por otros motivos: Si bien está ausente de líneas rectas y precisas, imitar la figura humana con su parecido, textura, tonalidad, luz y sombras, es una auténtica proeza para cualquier pintor consumado, cuanto más para una autodidacta como yo.
Me costó lo suyo para encontrarla aceptable y darla por terminada, pero la verdad es que, ha sido un atrevimiento por mi parte, porque además, no es precisamente lo que mejor se me da, Sin embargo, cuando era niña, me encantaba dibujar figuras. Recuerdo que en las portadas de los tebeos de aquella época, solían llevar unas caras de las protagonistas muy llamativas y las copiaba auténticas, como un calco, pero clar, no es lo mismo dibujar en un papel y con un lápiz, que en un lienzo y después pasar a la acción con el pincel y la pintura. Para crear una figura y darle el punto de realismo requerido, hay que estar preparado, tener práctica (hacer oficio), en una palabra, saber. De todos modos no está tan mal valorando su conjunto y lo que expresa sentimentalmente, con ese gesto de la madre ofreciéndole a su hija la manzana.
HUYENDO DE LA SOLEDAD
Huyendo de la soledad
quiero escribir unos versos
que hablen de felicidad,
de amores y sueños.
Huyendo de la soledad
me puse manos a la obra
y sobre el lienzo pinté
corazones y palomas.
Corazones limpios
de humanos racionales
sin malicias ni rencores,
de esos que son especiales.
Que se abren como la rosa
con el fulgor de la mañana,
que te brindan su mano amiga,
altruista, noble, desinteresada.
Palomas elevadas al cielo
sinónimo de la añorada paz,
traspasad volando la tela
y vuestra virtud proclamar.
¡Que se entere el mundo entero!,
¡aquellos que nos traen la infelicidad!,
¡que se venden y matan por dinero
sin remordimientos ni piedad!
Huyendo de la soledad
pensé en el sufrimiento ajeno,
y sintiendo esa triste realidad
no puedo escribir unos versos
que hablen de felicidad,
amores y sueños.
Fina
El cuadro de Buñol es una maravilla. Cuando lo vi en tu casa me quedé embelesada, creo que es el que más me gustó de todos, quizá por la devoción que, al igual que tú, siento por Buñol. Está cuidado hasta el más mínimo detalle y se ve todo el laborioso trabajo que encierra.
ResponderEliminarEl segundo cuadro también es muy hermoso, sobretodo, por la ternura que desprende. Al final te ha quedado bastante realista, así es que puedes estar orgullosa.
La poesía, como siempre, genial.