Mis poemas no guardan la métrica ni son modelo de rima, mis poemas son entrañables, son como la vida misma.

martes, 21 de febrero de 2012

LUIS HERNÁNDEZ ALFONSO (BIOGRAFÍA Y POESÍA DEL AUTOR) CANTA, NENITA...

Luis Hernández Alfonso: Este polifacético e ilustre paisano nació en Buñol el año 1901. Fue periodista, escritor, historiador, poeta, lingüista y activista político. Fue traductor y prologuista de obras de insignes autores, como Julio Verne, Dikens, Simenon, Rousseau y muchos otros. Un auténtico erudito, cuyos estudios y trayectoria literaria se desarrollaron en Madrid. Era hijo del jurista, filósofo y catedrático Luis Hernández Rico, fundador del Centro Republicano Católico de Valencia, un noveldense que ejerció de secretario del Ayuntamiento de Buñol entre 1901 y 1905. De ahí que Luis naciera en nuestro pueblo y viviera en los primeros cinco años de su vida. Algunos de sus artículos periodísticos los firmaba con el seudónimo Luis de Buñol. En 1979 falleció en madrid.





Los que visiten mi blog, se preguntarán del por qué este grandísimo personaje se encuentra mezclado con "mis cosas", sencillamente porque es tan importante para mi como el resto de ellas que aquí se muestran, y además, de este modo, podre recrearme en verlo todo ello cuando quiera, (biografía, aunque resumida, y fotografía con sus hijas), porque parte de su obra poética la poseo y guardo como un tesoro.

Desde que le descubrí leyendo "La Villa de Buñol en el Tiempo", cuyo autor es mi hermano, Juan Simón que, lo incluye en el capítulo "Personajes de Buñol", sentí una admiración profunda por Luis Hernández Alfonso. Sus poemas me llegan al alma, me emocionan cantidad por la carga de sentimientos que encierran cuando se refiere en ellos a sus hijas, sobre todo a María Consuelo Hernández Rodríguez.

Para mi es un honor conocer al personaje, digo conocer, en presente, porque lo siento entre nosotros, lleno de vida y, a modo de humilde homenaje a su grandeza literaria y espiritual, paso a continuación a escribir uno de sus poemas, con todo mi respetos y ternura donde quiera que se encuentre, aunque para esta buñolera siempre estará presente.

Fina Simón


Seguidilla inédita de Luis Hernández Alfonso perteneciente a su álbun autógrafo titulado Navidad 1940, dedicado a su hija María Consuelo Hernández Rodríguez (1931-2003) y escrito desde la cárcel en Granada, en diciembre de ese mismo año.


CANTA, NENITA...

Canta, nenita mía
Canta sin pena.
Repite las canciones
De Nochebuena.
Son cantos viejos
En que yo te acompaño
Desde muy lejos.

Yo quiero que disfrutes
De la alegría
Que llenan los hogares
En este día.
Quiero que, inquieta,
Suene, alegre, en tus manos
La pandereta.

Salta y ríe a tu gusto,
Nena bonita:
A tu edad el contento
Se necesita.
Tu vida empieza...
¡Nada de sinsabores
Ni de tristeza!

Un día, tal vez pronto
Yo iré a tu lado.
Me contarás entonces
Lo que has jugado.
Y cuando rías
Se harán luz en mis ojos
Tus alegrías.

Lo mismo que en el cmpo
Los pajaricos
Cantarás en la casa
Los villancicos;
Y tus cantares
Disiparán la nube
De mis pesares.

¡Canta, nenita mía
Canta sin pena
Las alegres canciones
De Nochebuena!
No puedo oirte
Más me queda el consuelo
De bendecirte.


Luis Hernández Alfonso

martes, 7 de febrero de 2012

DOS DE MIS PINTURAS Y LA MADRE NATURALEZA (POESÍA)

Bodegón Campestre: Pintado al óleo sobre linezo de 48 x 48. Este bodegón es una de mis pinturas preferidas porque, cada vez que lo miro con los frutos en el cesto o capazo, que parece estar hcho a mano, un tanto rústico, me recuerda los que hacía mi abuela materna, María y de apodo "La Sarriera".

Mi abuela María (1872-1957) personaje muy importante en mi vida y de la que guardo un grato recuerdo, era una mujer de mucho carácter, emprendedora e independiente. Quedó viuda joven y con tres hijos. Ella salió adelante trabajando el esparto como nadie y trenzando pléita con la que hacía capazos y sarrias (de ahí su apodo).

Que pena siento de no tener ningun trabajo de ella para admirarlo y sentirme orgullosa de aquel trabajo que ella realizaba para sobrevivir junto a sus hijos y que yo admiraba siendo niña, sorprendiédome la destreza de sus  manos tan finas y delicadas que a mi me tenían hachzada.

                                                                  

Gatos en la Cuna: Pintura al óleo sobre lienzo de 48 x 39. Estos dos felinos que se han adueñado de la cuna y posan con gesto altivo, los hice pensando en los míos, Pixi y Lasi, además de ser las mascotas más queridas de casi toda la familia, sobre todo de mi hija Yolanda y la suya, Yoli, mi nieta mayor, y a la cual se lo regalé

No es precisamente lo que mejor se me da con los pinceles pues imitar el pelo de los animales es bastante complicado, sobre todo para una autodidacta como yo. De todos modos lo encuentro aceptable en su conjunto y simpático por tratarse de unos animales tan bellos como son los gatos.

Esta familia siempre amó a los animales en su conjunto, perros, gatos, periquitos y hasta un pajarito que ignoro su raza y le pusimos por nombre Kira en este blog ya hay alguna prueba de ello.

A continuación, la siguiente poesia, se me ocurrio hace unos días, como ya digo, paseando por el campo y esta basada en hechos reales, que en ella relato porque me parece más bonito hacerlo en una poesía.



                                                         LA MADRE NATURALEZA

Hoy paseando por el campo
En contacto con la naturaleza
Vi algo muy poco corriente
Que no haría pintor famoso
Ni experto dibujante.

Indagué y descubrí a los autores
De aquella abstracta maravilla
Tras la lluvia unos simples caracoles
Andando arriba y abajo por la cuneta
Dejaron una obra de arte perfecta.

Nunca vi nada tan llamativo
Y me quedé pensando con optimismo
¡Dalí no haría nada con tanto realismo
Como aquel lienzo refulgente y atractivo!

Seguí mi camino y más adelante
En el hueco de un olivo gigante
Asomaba la cola de negro plumaje
Un cisne del cercano estanque.

Me acerqué al lugar lentamente
¿Qué podía hacer aquel anade
En aquella postura sorprendente
Que atraía la mirada de la gente?

De pronto al verme echó a volar
Y con regocijo pude contemplar
Los huevos que acababa allí de incubar
Mientras el ave muy cerca del lugar
Con defensivo ademán no paraba de graznar.

Aquel hallazgo me hizo pensar
En mi nido barrido por el tiempo
Que con seguridad habría defendido igual
Si un intruso hubiese querido en él husmear.

Con el episodio de amor maternal
Las lágrimas no pude evitar
Me volví, no quise continuar
 ¡¡Qué lecciones los animales nos dan!!


Fina