Mis poemas no guardan la métrica ni son modelo de rima, mis poemas son entrañables, son como la vida misma.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

LIBRO DE FINA: BUÑOL EN MI CORAZÓN (COMENTARIO Y TÉXTO)

                                    

Buñol en mi Corazón es el resultado de horas de trabajo callado sobre su historia, sus gentes y costumbres desde la prehistoria hasta nuestros días. Se basa en una recopilación de datos extraídos en su mayor parte, de la Biblioteca Municipal y seleccionados transcribiendo primero a mano y después mecanografiados.

Mi aportación en esta pequeña obra se limita a un capítulo de uno de los recorridos que hago diariamente describiendo de un modo claro y ameno los lugares  más emblemáticos que a mi paso voy descubriendo.También le dedico un poema a Buñol y una carta a mi hermano Juan informándole sobre la misma.

Este libro es de difusión limitada, la familia; de él voy a seleccionar una de sus varias historias reflejadas que a buen seguro conoceréis de inmediato.

                                                                        Fina


                      PUENTE DEL ROQUILLO Y CARCALÍN

Ya el padre Viciana (1.502), Cavanilles (1745), Escolano, y Vicente Boix, historiadores valencianos todos ellos, se refirieron a nuestro pueblo empleando términos elogiosos. sin embargo no fue así en el caso de Teodoro Llorente (1836), insigne figura de la intelectualidad valenciana, ligada a la renaixenca.

Constantino Llomvart en la "Suiza Valenciana" y Martínez Aloy en "Geografía del Reino de Valencia", nos relatan de manera especial la construcción del ferrocarril Valencia-Buñol, que fue inaugurado el día 31 de Julio de 1833.

Amén de los túneles, a los buñolenses lo que siempre nos cautivó e impresionó fueron los puentes de Carcalín y Roquillo, auténticas maravillas de la ingeniería de la época. Cuando ya se advertían tenuemente los primeros rigores del verano, en los festivos días de la Pascua de Resurrección, el cruzarlos a pie, desafiando toda clase de peligros, constituía un alarde de valentía juvenil en nuestros años mozos.

Sin embargo ¿Cómo explicar los nombres de estas impresionantes construcciones, que antaño comunicaban Valencia con Castilla la Nueva y ogaño, todavía en servicio, recortan su estilizada silueta en el agreste paisaje? Lo de Carcalín tiene fácil explicación, por ser el nombre del barranco que lo cruza. Lo de Roquillo nada tiene que ver con el paraje en el que se ubica y hay que explicarlo.

"Roquillo" era el apodo por el que se conocía durante el siglo pasado a Francisco Vallés Carrascosa, hijo del popular y querido tío "Romerucho". Dado que las tierras donde se asentaban las bellas pilastras y estribos de sillería que sostenían toda la estructura del puente, pertenecían al mencionado Francisco Vallés "Roquillo", es fácil comprender el porqué del nombre del puente, así como la fuente que hay en dicho lugar. Sobre piedras artísticamente labradas, procedentes de las canteras de La Jarra se yergue esta emblemática construcción cuyos datos son: Consta de tres vanos, uno central de 40 metros de luz y dos laterales de 25 metros. Su trazado es curvo, con un radio de 300 metros y su pendiente es de 29 milímetros por metro. Su altura desde el terreno es de 29 metros. Se dice que el proyecto y la dirección de obra fueron de un joven ingeniero belga.



                                     

1 comentario:

  1. Se nota que eres buñolera hasta la médula. A mi también me fascina nuestro pueblo y hace ya muchos años le dediqué una poesía. Yo creo que tiene algo que cautiva, sus parajes naturales, sus tradiciones, su música, embelesan a todo aquel que lo visita.

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